Dona, discapacitat
En marzo, y sobre todo en la semana del 8, hablamos de las desigualdades de género, buscamos la igualdad entre géneros, lejos de las discriminaciones, que sufrimos por haber nacido mujeres, en un sistema patriarcal. Como sociedad, necesitamos que las mujeres no pasen miedo por andar por lugares mal iluminados, o por ir a la discoteca, o por cobrar a final de mes igual que los hombres de la misma categoría laboral oa optar a trabajos igual que los hombres, seamos o no jóvenes.
En el caso de la discapacidad, no es diferente, también se sufren brechas salariales, discriminaciones, violencia sexual,...Este mes Dincat ha hecho una campaña preciosa, mostrando en las redes sociales a donde habían llegado mujeres extraordinarias, y nos lo ha regado con el rigor de datos estadísticos provenientes del INE. Sólo 1 de cada 4 mujeres con discapacidad tiene trabajo, y si esto le sumamos que las mujeres con discapacidad intelectual cobraron de media casi tres mil euros menos brutos anuales en comparación con los hombres con discapacidad intelectual, nos encontramos con un escenario de preocupación para las mujeres con discapacidad que quieren realizar una vida independiente, con poco acceso al mercado laboral y con brecha salarial.
Nosotros, como familiares de personas con discapacidad y trastornos de salud mental, queríamos mostrar nuestros miedos, frente a un mercado laboral fuertemente competitivo, donde los y las nuestras no tienen cabida y debemos buscar soluciones para que el escenario actual nos hace luchar contra molinos.
En la compra social, presentamos las marcas y entidades que ayudan a disminuir estos escenarios, pero necesitamos el consumo responsable, necesitamos que consumas estas marcas, que compres aceite de L'Olivera, no sólo para que tenga un 94 de puntuación en la Guía Flos Olei , una de las mejores puntuaciones del aceite catalán, sino también porque nos ayudan a creer que podemos participar en el mercado laboral, conseguir historias únicas de superación personal.
